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La Inteligencia Artificial Generativa y su impacto en las humanidades: una convergencia que la educación en Colombia debería aprovechar.

Por Jairo Alberto Galindo C.

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Vivimos en una revolución, pero no la que los noticieros cubren, ni la que históricamente podríamos reconocer. Se trata de una en la que no solo la tecnología, sino también la comunicación y la socialización, se ven afectadas. El contexto nos señala una revolución tecnológica que supera a las demás.

En lo que se refiere a los ambientes educativos en todos los niveles y modalidades, esta revolución está impulsada por la inteligencia artificial (IA) generativa en sus diferentes formas y aplicaciones: texto, imagen, sonido; multimodalidad. Muchos han anunciado que “promete” transformar diversos sectores, incluido el educativo, pero no lo está haciendo con una pedagogía consciente (de nuevo).

¿Cuál es esta oportunidad que la pedagogía, y en general los que estamos en el campo de la educación y las humanidades digitales, deberíamos aprovechar?

En Colombia, las políticas y la facilidad de inserción de lo que reconocemos como Inteligencia Artificial, ya sea que sepamos de qué se trata, o que le reconozcamos el “apellido” Generativa o no, representa una oportunidad sin precedentes para la formación docente y profesional universitaria, especialmente en el ámbito de las humanidades. A través de las siguientes líneas de análisis, esbozamos algunos puntos en los que la integración de la IA generativa (IAGen) puede enriquecer la educación superior y redefinir el papel de las humanidades digitales en la formación de los profesionales actuales y futuros.

Integración de la IA en la educación: un horizonte de posibilidades

Debemos abandonar la idea de que la IA está en el horizonte: ya estamos en ella y al mismo tiempo nos está escuchando, mirando, observando. Así, nos desprendemos de la visión popular de que si es con IA es mejor, de moda o lo último; simplemente es necesario y útil: la edición en español del libro de Russell y Norvig es de 1996 y lo que algunos medios nos presentan ya ha sido filtrado. Nuestra tarea, el compromiso que nos incumbe, es enriquecer constructivamente nuestras prácticas comunicativas con reflexión y sentido propositivo. Comunicarnos y aprender a enseñar con/en/acerca de IA es parte del horizonte, cómo la integramos es construir el horizonte.

Siendo más conservadores y pensando en el currículo e investigación, la incorporación de tecnologías de IA en el proceso educativo no es (o no debería ser) un concepto futurista, sino una realidad en curso. En Colombia, universidades y centros de formación docente empiezan a visibilizar sus esfuerzos por explorar cómo la IA generativa puede ser utilizada para mejorar la enseñanza y el aprendizaje: pregrados y posgrados -al menos con esta tendencia en el títuloya la incorporan. En el panorama encontramos desde sistemas que automatizan tareas administrativas hasta plataformas que ofrecen tutorías personalizadas, la IA está transformando la educación de manera práctica y teórica.

Humanidades y tecnología: un diálogo necesario

Humanidades y tecnología

Lejos de reemplazar las disciplinas humanísticas, la IA generativa invita a una reevaluación de su importancia. En contextos para los que habilidades como el pensamiento crítico, la empatía y la ética son más necesarias que nunca, las humanidades digitales hallan en esta inserción un terreno fértil para su desarrollo. La formación en humanidades, enriquecida con herramientas de IA, prepara a los estudiantes para navegar los desafíos éticos y sociales que acompañan a la tecnología avanzada. Esto no solo significa que señalemos victoriosos que la IA no tiene esas habilidades, sino destacar lo que el ser humano sí tiene y debe cultivar para cualificarlas, usarlas en más campos, y darles más valor.

El caso de la “Universidad Nada” y su llamado a la reflexión

Al son de esta necesaria cualificación, y aunque hoy podría parecer un meme, el concepto de la “Universidad Nada” (véase video 1), plantea una reflexión profunda sobre el presente y el futuro de la educación y el trabajo. Esta serie de comerciales presenta personajes, roles, procesos e incluso la incorporación de estrategias “gamificadas” como parte de un discurso educativo-laboral; se enriquece con la contextualización de un entorno en el que al parecer una “formación técnica” es eje de una civilización (mientras comemos chocolates “5 estrellas”) que ve su esplendor en la realización con diplomas al mérito por no hacer nada y especializarse en parecer muy ocupado.

Sin tomarnos muy en serio, pero aprovechando la capacidad de la narrativa de esa campaña, la paradoja que plantea refleja un escenario en el que la IA asume cada vez más tareas laborales, el valor de aprender a “no hacer nada” en el sentido de cultivar la reflexión, la creatividad y el bienestar mental cobra una nueva dimensión. Este enfoque desafía a los educadores y estudiantes colombianos a repensar el propósito de la educación en una era dominada por la automatización.

Dejando espacio para muchos más análisis y reflexiones, como el del quehacer pedagógico más allá del didáctico-instrumental, la fe académica en la creación humana, el reto que supone en infraestructura y sostenibilidad ambiental y la formación real en modelos basados en metodologías activas y pedagogías emergentes, las humanidades digitales tienen en este tipo de estudios un nicho que explotar, de otras formas.

Adaptación curricular: hacia una educación integral

No hemos terminado de instalar una versión del software y aprender a manejarlo y ya han salido los parches de seguridad o la necesidad de actualizar o cambiar el sistema. No avanzamos aún en currículos que alcancen todo el territorio cuando el cimbronazo (no pedagógico evidentemente) ya nos mueve en una nueva ola. Para que las universidades y los institutos de formación docente en Colombia aprovechen al máximo el potencial de la IA generativa, es crucial adaptar los planes de estudio, no sólo “integrando” conocimientos técnicos sobre IA y tecnologías digitales, sino también transformando la formación en humanidades hacia la comprensión y contextualización del impacto de estas tecnologías en la sociedad. La combinación de estas áreas puede fomentar el desarrollo de profesionales éticos y conscientes de su rol en el mundo.

En esta adaptación se abren otras líneas de reflexión: la pertinencia de marcos o modelos internacionales, la incorporación de epistemologías descolonizadoras, los tiempos de regulación

Conclusión: Mirando hacia el Futuro

La intersección de la inteligencia artificial generativa y las humanidades en la educación superior en Colombia es inevitable, pero debe ser deseable. Lejos de ser antagónicas, estas áreas pueden complementarse mutuamente en una educación más rica y adaptada a los desafíos del siglo XXI. Mientras la tecnología sigue avanzando, las humanidades tienen la función de cultivar pensadores críticos, empáticos y éticos: la más crucial en nuestros días. Eso es una oportunidad en la que nuestros enfoques educativos se actualizan conscientemente preparándonos para un presente-futuro en el que la tecnología y la humanidad avanzan de la mano.

Este artículo busca ser un punto de partida para una conversación más enriquecida sobre el presente y el futuro de la educación en Colombia y el mundo. Al integrar la IA generativa en nuestros sistemas educativos, especialmente en las áreas de humanidades, estamos no solo preparándonos para el futuro tecnológico sino también asegurando que sea guiado por valores humanos fundamentales.

Jairo Alberto Galindo C. Didactics and ICT Researcher http://about.me/jairoalberto

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